Un año más, se está celebrando en Santander la Feria del libro viejo. Como manda la tradición, en la plaza Alfonso XIII, junto al Hotel Bahía, se encuentran las casetas de la feria que santanderinos y turistas pueden visitar hasta el día 18 del presente mes. Como todos los años, tras la Semana Grande de la capital santanderina, el pasado 3 de agoto se inauguró la Feria del libro viejo en Santander. Una feria muy apreciada por los aficionados a esos viejos libros que no se encuentran en las librerías modernas.
El cartel de la feria de este año, «Cuentos y cuentistas», es obra del pintor Emilio González Sainz.
En la de este año están presentes los libreros habituales de anteriores ediciones, echándose en falta a alguno de los anteriores directores.
Los libros viejos sobreviven, en un mundo donde parece que solo tienen cabida las novedades. Una legión de lectores tenemos claro que en las librerías de viejo podemos encontrar libros que merece la pena leer. Libros de autores que pasaron de moda, que siguen teniendo interés para los que «pasamos» de las modas.
¿Libros viejos o novedades editoriales? La respuesta es sencilla: ambos. Lo primordial es elegir bien lo que se lee, y si es posible, seguir aquella recomendación que escribió Mateo Alemán en el Guzmán de Alfarache:
«Deben buscarse los amigos como los buenos libros. No está la felicidad en que sean muchos ni muy curiosos; sino pocos, buenos y bien conocidos”.
Comentaba el editor Abelardo Linares en una de sus conferencias, que en el panorama editorial actual, el libro es considerado como un producto más. Para esta nueva hornada de gestores de editoriales, la venta de libros no difiere gran cosa de la de refrescos o aparatos electrodomésticos. La consideración del libro como algo importante desde el punto de vista cultural, carece de importancia para los directores de las empresas editoriales actuales. Tras la edición y puesta a disposición del público, los ejemplares que no se venden pasado cierto tiempo, se destruyen. Con este proceder, poco se salvará de esta época para las próximas generaciones. Por suerte, los libros viejos o antiguos con los que hoy disfrutamos, tuvieron mejor fortuna.
Visiten la Feria del libro viejo santanderina los que tengan ocasión. Encontrarán en ella algún libro – o el les encontrará a ustedes – que les sorprenderá.
