Un espacio dedicado al mundo del reloj
El reloj objeto de este artículo es inglés, y está firmado en su dial:
Se trata de un «table clock» – que en español traducimos como reloj de mesa – del siglo XIX, en un excelente estado de conservación. Zachariah Barraclough se estableció en Leeds en 1805.
Sobre estas líneas, una imagen del reloj en la que destaca su sobriedad y elegancia.
Cuando nos referimos a un reloj inglés de este tipo, puede surgir la duda de si se trata de un «table clock» o de un «bracket clock». Veamos en que se diferencian.
Los «bracket clocks»– tan genuínamente ingleses como los «grandfather clocks» – se hicieron desde mediados del siglo XVII. Se continuó su fabricación durante todo el siglo siglo XVIII, alcanzando en este siglo todo su esplendor. A partir de principios del siglo XIX, la evolución de este formidable reloj dió paso al «table clock»; un reloj también excelente, de gran belleza, y exquisita ejecución artística y técnica.
Si en los «bracket clocks» encontramos habitualmente escapes de paletas sobre rueda catalina, es el de áncora el que veremos siempre en los «table clocks». Un escape – este último – de más sencilla ejecución y reparación. El fusée – el doble fusée, por mejor decir – característico de los «bracket clocks» , se mantendrá en los mecanismos de los «table clocks» . Tanto los trenes de engranajes del movimiento como de la sonería contarán con este sistema para regularizar la fuerza motriz.
El péndulo será un elemento diferenciador de unos y otros. Los «bracket clocks» estarán regulados por péndulos rígidos cortos, mientras que en los «table clocks» se impondrá el péndulo dispuesto en el mecanismo de forma que pueda oscilar sin esa «rígida» conexión al escape.
Las suspensiones también serán distintas. La suspensión de cuchillo será una constante en los «Brackets». Los «table clocks» tendrán suspensiones de lámina de acero flexible.
Siguiendo con las características del reloj de mesa Z. Barraclough & Sons, vemos que la transmisión de fuerza del muelle real al fusée se hace mediante cadena.
Para este tipo de transmisión en muchas ocasiones se utiliza cuerda de tripa. En la época en la que se hicieron estos relojes se usaba tripa natural; hoy día puede emplearse esta, o bien cuerda de tripa sintética. Es fundamental que el diámetro de la cuerda sea adecuado a la tensión que debe soportar.
En esta imagen del fusée observamos el canal helicoidal para el asiento de la cadena. La disminución de la fuerza ejercida por el muelle real, a medida que va desenrollándose, es compensada con el aumento del radio del fusée. De esta forma, el par transmitido al rodaje (Fuerza x Radio), se mantiene constante. Esto es así en teoría; en la práctica, si la curva de fuerza del muelle real no coincide exactamente con el perfil del fusée, el par no será constante. No variará tanto, pero no se conseguirá que sea constante.
Un par de hechos que permiten confirmar esa falta de constancia son los siguientes:
Cuando tenemos un mecanismo con fusée, lo que cuenta a todos los efectos, es el par de fuerza transmitido: Fuerza x Radio.
El mecanismo tiene sonería por rastrillo y caracol. Este sistema tiene dos ventajas frente al de rueda contadera: Por un lado, no se desfasa, y por otro, permite la activación de la sonería sin producir el desfase entre esta y el movimiento.
La esfera del reloj se encuentra en excelente estado, y facilita una clara lectura de la hora.
Sobre el mecanismo hay una pieza que puede bascular, haciendo que suba o baje el péndulo. En la parte delantera, esa pieza se apoya en otra de radio variable que se puede girar desde la parte exterior del reloj. Sobre la cifra de las XII, sobresale un eje que permite girar la pieza de radio variable. De esta forma podemos hacer que el péndulo suba o baje. Cuando el péndulo asciende se acorta su longitud y las agujas del reloj giran más deprisa. Cuando desciende, se alarga, y giran más despacio.
Sobre estas líneas vemos varias piezas del reloj: Péndulo, gong, elementos en «L» de fijación del mecanismo a la caja, áncora en su eje.
La sonería de este reloj es muy agradable. Tiene un sonido grave y pausado que se mantiene varios segundos en el tiempo. Podemos ver en las fotografías siguientes el poderoso gong que hace posible ese sonido.
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