Reparación del reloj El Pastor por Antonio Faraldos

ANTONIO FARALDOS
Antonio Faraldos; (Fuente: El Diario Palentino, 19/1/1957 - Biblioteca Virtual de Prensa Histórica)

Cuenta Luis Montañés en su libro, La máquina de las horas (Ediciones ISLA, 1975), que cuando el investigador suizo Alfred Chapuis vino a Madrid, poco después de 1955, y vió con sus propios ojos el funcionamiento del reloj «El Pastor» – la maravillosa péndola de Pierre Jaquet-Droz – sobre el que tanto había escrito el y fantaseado otros, lo acarició con las yemas de los dedos, tal como lo haría un ciego, y dijo: – «No quisiera morirme sin haberlo tocado». Meses después de su estancia en Madrid, este ilustre profesor suizo fallecería en Neuchâtel, su ciudad natal.

Alfred Chapuis
Alfred Chapuis (1880 - 1958); (Fuente de la imagen: https://watch-wiki.org)

El «Pastor» fue reparado, con anterioridad a que lo viera en funcionamiento Alfred Chapuis, por el relojero Antonio Faraldos. Luis Montañés Fontela nos dice – en el libro anteriormente citado – que gracias a la información que facilitó este relojero, pudo publicarse el primer estudio serio sobre esta péndola de Pierre Jaquet- Droz; estudio que fue publicado en la revista Precisión en enero de 1954.

En 1957 se restauró el reloj El Pastor, obra del relojero suizo Pierre Jaquet-Droz. En el periódico Diario Palentino, del 20 de enero de ese año, se publicó una pequeña entrevista con el artífice de esa restauración, el relojero Antonio Faraldos; entrevista firmada por Leandro de la Vega. Damos cuenta seguidamente de ella.

Antonio Faraldos: un hombre descollante en relojería artística y monumental española.

Su fama salta las fronteras. El reloj del «Pastor» es una de las maravillas de la invención relojera. Dos años para restaurarlo. Madrid tendrá pronto un carillón eléctrico.

Uno de los más maravillosos ejemplares de la invención relojera del siglo XVIII es el del «Pastor» que se halla en el Salón Gasparini del Palacio Real de Madrid. Un reloj complicadísimo, cuya dotación de autómatas y mecanismos astronómicos, le hace ser uno de los más célebres del mundo, y aún hoy una de las joyas más valiosas de la invención relojera de todos los tiempos.

Desde hacía años este reloj sólo venía marcando las horas. El complicado mecanismo de esta obra maestra de Neuchâtel, el prodigioso mundo de sus autómatas, la extraordinaria maravilla de su compendio astronómico, estaba paralizada, y, lo que es peor, desahuciada, muerta casi. Un relojero español ha obrado el milagro; ha vuelto a la vida al reloj, y hoy funciona exactamente igual que cuando fue creado. Este hombre es don Antonio Faraldos, en cuya búsqueda nos empeñamos hasta encontrarle. Aquí está al fin, y, violando su modestia, su humildad auténticamente franciscana, esto hemos hablado:

Mi profesión, dentro de la profesión, fue siempre la rama de la relojería artística y monumental. Me viene de mi padre, que fué durante 35 años conservador de los relojes del entonces Real Patrimonio de Aranjuez. A su muerte le sustituí en tal cometido. Hoy puede decirse que soy conservador de todos los relojes del Patrimonio Nacional.

– Hemos visto grandes elogios de usted en varias revistas nacionales y extranjeras, con motivo de la restauración del famoso reloj del «Pastor». Hablemos de ello.

– En 1951, a propuesta de don Enrique Lafuente Ferrari, entonces director del Tesoro Artístico, fuí requerido para examinar y ver si había posibilidad de arreglo del tan célebre reloj. Se encontraba en un estado lamentabilísimo: faltaban multitud de piezas y no había ninguna referencia de su funcionamiento. Puse en ello mi afán, todo mi interés y…vencí. Dos años me llevó la restauración.

– ¿Puede darnos una idea de esa labor?

– Se la dará usted mismo, diciéndole yo, sus particularidades: Dividámoslo en dos partes, la astronómica y la autómata. En la primera tenemos una representación de la bóveda celeste, donde un sol y una luna salen y se ponen en la hora exacta que les corresponde, según el día y la época del año. La luna muestra en su giro las fases por las que pasa. El cielo es azul durante el día, y en cuanto el sol se pone, aparecen las estrellas.

Pendule Berger
Mecanismos autómatas del reloj El Pastor. (Fuente de la imagen: La máquina de las horas, Luis Montañés; (Ediciones Isla, 1975)

En la imagen anterior podemos ver la representación esquemática de los mecanismos de los autómatas del Pastor, realizada por el relojero Antonio Faraldos. Apreciamos mediante estos dibujos, la complejidad técnica de esta obra tan especial de la Relojería suiza del siglo XVIII.

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