Reloj firmado Eugenio Díez

Reloj Morez
Imagen del reloj antes de la reparación

En las viejas casas de pueblo pueden encontrarse todo tipo de cosas: aperos de labranza, viejos utensilios domésticos, muebles … y a veces, relojes interesantes esperando que alguien los restaure y vuelvan a medir el tiempo como hicieron en el pasado.

El reloj que se muestra en la imagen anterior, se encontró recientemente en una vieja casona montañesa. Entre docenas de antiguallas que en ella había, apareció este estupendo reloj francés de la segunda mitad del siglo XIX. El péndulo – de varillas, y por su aspecto, original del reloj – también apareció, pero… a falta del disco.

Su estado era el que podemos apreciar en las fotografías. Una de las agujas estaba completamente retorcida, y la suciedad en el mecanismo era abundante. La esfera, aunque muy sucia como el resto del reloj, no tenía daños de ningún tipo, y tras una buena limpieza prometía mostrar un aspecto impecable. En ella podía leerse el nombre Eugenio Díez, Palencia; nombre de un famoso relojero palentino – Eugenio Díez Villanueva – en cuya relojería debió venderse este reloj en fecha desconocida pero muy probablemente del último tercio del siglo XIX. Volveremos sobre este relojero y su hijo – también relojero – Moisés Díez Santamaría, en un próximo artículo.

Imágenes del reloj antes de la reparación

La  suciedad del mecanismo consistía en polvo, aceites y grasas viejas, y óxido. El grado de oxidación nos da pistas sobre el lugar en el que «vivió» el reloj. La mayor humedad en el norte de España, en comparación con la de las provincias de la meseta, se deja ver en el estado de cajas y mecanismos. En la madera de las cajas son más frecuentes los ataques de insectos; y en los mecanismos, la oxidación de las piezas de hierro y acero también suele darse cuando los relojes han estado abandonados durante mucho tiempo.

La reparación del reloj requirió desmontar completamente su mecanismo.

Limpieza de las piezas del reloj

Limpieza con gasóleo

Después de desmontar el reloj, se limpiaron manualmente las piezas con gasóleo. En la imagen, vemos parte de dichas piezas durante el proceso de limpieza.

Piezas listas para el montaje

Tras la tarea de limpieza de las piezas, ¡una a una!, se comprueba que no quedan restos de suciedad. Antes de montarlas, se pulieron los pivotes, y aquellas superficies de contacto en los que deben reducirse las fuerzas de rozamiento al menor valor posible.

A la izquierda, otra vista de las piezas, listas para montarlas en la jaula de hierro del mecanismo.

Cuando encontramos relojes comtoise muy sucios – como en este caso – la suciedad no suele ser un grave problema; solo requiere hacer un trabajo minucioso de limpieza, y el resultado final habitualmente es satisfactorio. Caso distinto es el de mecanismos más pequeños – como por ejemplo los de relojes París – en los que si la oxidación de las piezas es importante, esta puede haber arruinado completamente los dentados y pivotes de acero. Devolverles la funcionalidad en estos casos es imposible, y solo cabe limpiar los mecanismos, y dejarlos de adorno.

El reloj está casi terminado

En la imagen de la derecha vemos el mecanismo una vez montado y engrasado.

Abajo,  dos vistas del mecanismo del reloj. En ellas podemos apreciar el movimiento y la sonería.

Esfera con la firma de Eugenio Díez

Reloj Eugenio Díez
Vista frontal del reloj

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