Diario de un relojero

Dr. Jaime Spinell: «En mi larga vida de facultativo han sido muchas las vidas que tuve con su misterio en mis manos, casi como dependiendo de mi para seguir adelante con su destino a cuestas. El destino de las personas es como un motor que las proyecta sin cesar por los caminos de la vida. Hay personas que marchan renqueando, a trompicones. Otras que caminan ágilmente, con pasos armónicamente ensamblados con el mundo exterior. Unas viven como cantando; otras lo hacen llorando. Unas interesándose por todo lo que ven a lo largo de camino; otras, con suprema, incurable indiferencia hacia todo. Unas personas viven de manera consciente, intentando buscarle un significado a la vida para nutrir con el la suya. Otras no se preocupan más que de tomar aquello que la vida ofrece, bueno o malo, sin interesarles lo más mínimo qué es lo que son y para qué lo son. Pero todas las personas, todos los seres humanos, caminan sin cesar – a tientas o inconscientemente – por la vida con su destino – motor vital – a cuestas de sí mismos».

Figura