El reloj mecánico

El reloj mecánico consta de dos partes fundamentales:  El movimiento y la sonería.

El primero hace girar las agujas, las cuales muestran la hora sobre el dial o esfera del reloj. El movimiento de las agujas girando a una determinada velocidad angular permite medir el tiempo según unas unidades de medida establecidas: horas, minutos y segundos.

El reloj mecánico ha ido evolucionando a lo largo del tiempo en varias direcciones. Una de ellas ha sido la de conseguir una mayor precisión. El concepto de tiempo, y su medición en unidades de medida cada vez más pequeñas, ha ido transformándose a la par de esa evolución. Hoy día podemos indicar la duración de un fenómeno físico en segundos, y todos sabemos a lo que nos referimos; pero la misma expresión temporal carecería de sentido para una persona, por ejemplo, del siglo XVI.

El movimiento

El movimiento de un reloj lo forman 4 partes básicas: 1) El motor, 2) el transmisor, 3) el distribuidor y 4) el regulador.

El motor consiste habitualmente en una pesa o un resorte metálico elástico. El transmisor es el conjunto de ejes con sus ruedas dentadas y piñones que transmiten el movimiento de rotación desde el motor hasta el escape. El distribuidor es el escape, que convierte el movimiento de la rueda de escape – que, de no existir sería continuo – en discontinuo. Por último, el regulador aporta la frecuencia de oscilación necesaria para que el reloj pueda medir el tiempo. Los más habituales: el foliot, el péndulo y el sistema volante-espiral. Este último de aplicación principalmente en  relojería portátil.

Grabado de relojería
Grabado representando un reloj mecánico antiguo. Movimiento con escape de rueda catalina. (Fuente: Tratado de relojería de Louis Moinet)

La sonería

La segunda parte del reloj mecánico es la sonería.

Tiene por objeto producir determinados sonidos en unos instantes concretos. Así, a las horas enteras, el reloj da el número de toques horarios correspondientes a la hora que vemos en su esfera. Una campana, un gong o cualquier otro dispositivo capaz de producir el sonido está dispuesto en la sonería para que suenen las horas.

Se cree que los primeros relojes mecánicos carecían de esfera y de agujas. Tan solo disponían de un mecanismo capaz de hacer sonar una campana a unas horas determinadas.

En cuanto a los tipos de sonería, hay una gran variedad. Existen relojes que carecen de ella. Los llamamos «mudos». Otros que suenan a las horas y a las medias; los hay de cuartos, que suenan cada 15 minutos. También existen sonerías musicales. De estos los más comunes son los de carillón. Dada la infinitud de tipos de campanas, gongs, flautas, etc, que podemos encontrar en los relojes, es fácil comprender que cada sonería tendrá sus propias peculiaridades. En este sentido, es conveniente que todo aquel que se plantee adquirir un reloj, se informe previamente de las peculiaridades de la sonería: Que tipo de sonido produce, cada cuanto suena, que intensidad tiene, etc.

Grabado de relojería
Grabado representando un reloj mecánico antiguo. Sonería por rueda contadera. (Fuente: Tratado de relojería de Louis Moinet)