En los relojes, como en las personas, la belleza está en el interior. Un interior, el de los relojes, que a menudo pasa desapercibido. Si miramos dentro de la caja del reloj, encontraremos un mecanismo más o menos complejo, que habitualmente no vemos. Lo primero que llamará nuestra atención serán las partes móviles. El giro de la rueda de escape, una misteriosa rueda que gira y se para alternativamente, al interactuar con otra pieza que la detiene y la libera, el áncora. Cuando el reloj de las horas, el conjunto de piezas que componen la sonería, al igual que haría un grupo de músicos, comenzará a moverse con precisión y rapidez para hacer que un pequeño martillo haga sonar una campana, un gong, o cualquier otro elemento capaz de emitir sonido.