Regulador del Palacio real de Nápoles

Regulador Palacio real nápoles
Regulador del Palacio real de Nápoles.

Los palacios brindan la posibilidad de ver algunas de las obras maestras de la Relojería que se han hecho a lo largo de la Historia. Relojes impresionantes que asombran al visitante por su espectacularidad.

En el Palacio real de Nápoles se encuentra un precioso regulador. A la belleza de la caja se une la perfección del excelente mecanismo del reloj, que está regulado por un péndulo compensado térmicamente. Se dice que un péndulo tiene compensación térmica, cuando está hecho de forma que los cambios de temperatura no afectan a la duración de su periodo de oscilación. Esto elimina – o bien, reduce al máximo – las variaciones de marcha debidas a dichos cambios, e influye de forma importante en la precisión del reloj.

El reloj lleva la firma Bailly en su esfera, y dispone de aguja horaria, minutera, segundero al centro, calendario y aguja de ecuación. Los relojes de ecuación muestran el tiempo verdadero. El tiempo que miden la gran mayoría de los relojes es el tiempo medio.

En la periferia de la esfera del reloj, vemos los signos del zodiaco.

Segundero al centro
Esfera del regulador

Una de las cosas que llama la atención en los reguladores es su péndulo. En este caso es de tipo «Berthoud», llamado así en honor de Ferdinand Berthoud (1727 – 1807), célebre maestro relojero considerado francés, aunque nació en el cantón suizo de Neuchâtel. Se trata de un péndulo muy pesado, con una disposición de varillas de dos metales con distintos coeficientes de dilatación, que mantiene la posición de su centro de gravedad y oscila con periodo constante. Esta cualidad del péndulo es fundamental para la precisión del reloj.

Tres fotografías de detalle, del péndulo

Mecanismo regulador
Vista lateral del mecanismo del regulador

El Palacio real de Nápoles

En el centro histórico de Naṕoles, en la Plaza del Plebiscito se alza majestuoso este palacio – el Palacio virreinal – debido a Pedro Fernández de Castro, VII conde de Lemos. Su construcción se inició hacia 1600; 8 años más tarde, el conde de Lemos fue nombrado Virrey de Nápoles. Fue residencia de virreyes españoles, de los Borbones de Nápoles y, a principios del siglo XIX, de José Bonaparte y Joaquín Murat.

El conde de Lemos se distinguió por su labor de mecenazgo. Uno de los escritores a los que favoreció fue Miguel de Cervantes, quien le dedicó la segunda parte del Quijote:

Dedicatoria

Al conde de Lemos

[…] Además que, sobre estar enfermo, estoy muy sin dineros, y emperador por emperador y monarca por monarca, en Nápoles tengo al grande conde de Lemos, que, sin tantos titulillos de colegios ni rectorías, me sustenta, me ampara y hace más merced que la que yo acierto a desear. […]

Criado de vuestra excelencia, Miguel de Cervantes Saavedra

Cuando se inicia la construcción del Palacio Virreinal, Nápoles era una de las ciudades más pobladas de Europa. La segunda, después de París. Una ciudad rica y próspera donde florecían las artes. Capital del reino de Nápoles, enclave militar y lugar de paso de los tercios españoles que iban a luchar en las guerras que la Monarquía Hispánica mantenía en el centro de Europa. Su posición geográfica le daba una especial relevancia en el control militar del Mediterráneo central.

El gran duque de Osuna
El Gran Duque de Osuna y su marina; Cesáreo Fernández Duro

Uno de los virreyes de Nápoles más célebres fue don Pedro Téllez-Girón y Velasco (1574 – 1624), III Duque de Osuna. Fue virrey de Nápoles de 1616 a 1620. Hábil estratega, astuto, desempeñó una gran labor para la Monarquía hispánica. Al final de su vida, cayó en desgracia. Fue acusado por sus enemigos de conspirar contra la Corona. Falleció en 1624 en una mazmorra del castillo de la Alameda, en Madrid. Francisco de Quevedo fue su secretario.

Nápoles, la ciudad de la que se enamoró Stendhal – quien dijo de ella que «era la ciudad más bella del Universo» – cuenta con un patrimonio histórico-artístico impresionante.

Barómetro de Torricelli

En la misma sala del palacio en la que se encuentra el regulador, hay un espectacular barómetro de mercurio. Dispone de una caja alta de gran belleza, similar a la del regulador.

Barómetro de Torricelli
Barómetro del Palacio Real de Nápoles