Un problema típico, a resolver en las reparaciones de relojes, es el de la rotura de la suspensión. En los relojes mecánicos regulados por el movimiento de un péndulo, este puede estar dispuesto de diferentes formas. La pieza de la que se cuelga – o se suspende – el péndulo, se denomina suspensión. Hay suspensiones “de hilo”, de lámina”, bilámina,… siendo cada una de ellas diferente. Existen disposiciones en las que el péndulo está, literalmente, posado en la parte superior posterior del mecanismo, mediante una especie de cuña; suspensión que denominamos “de cuchillo”. Este tipo de suspensiones es muy común en los “bracket clock” ingleses del siglo XVIII.
Un tipo de suspensión bastante frecuente, es la suspensión bilámina; generalmente corta (15-30 mm aproximadamente), que además de cumplir su función principal: la de sostener al péndulo, debe permitir su oscilación. Consiste en dos piezas rígidas que llamamos bloques, unidas por dos láminas flexibles. En los mejores casos, los bloques metálicos son habitualmente de latón; pero en estos tiempos modernos se encuentran también bloques de plástico. El bloque superior se fija en la ranura de una pieza del mecanismo, quedando ajustado en la misma sin posibilidad de movimiento; en el bloque inferior se cuelga directamente el péndulo, o bien una varilla intermedia entre ambos. El bloque inferior tiene movimiento a derecha e izquierda al oscilar el péndulo y producir una ligera flexión de las láminas.
Hay un gran número de relojes con este tipo de suspensiones. Los relojes del Franco Condado, empezaron a fabricarse con ellas, a partir de 1800 (aprox.). Lo mismo cabe decir de los relojes franceses, en los que la utilización de péndulos más pesados, dio lugar a la sustitución de las suspensiones hilo por las de doble lámina. Durante mucho tiempo coexistieron ambos sistemas.
En las imágenes anteriores podemos ver una suspensión bilámina rota. En ellas apreciamos que una de las láminas de acero se ha partido.
Causas de rotura de la suspensión
La causa más habitual de rotura es el ejercicio de una fuerza inapropiada sobre ella. Una fuerza excesivamente grande que la flexione demasiado, pude dañarla; igualmente, toda fuerza que produzca en ella una torsión podrá producir daños.
Los daños más frecuentes son dos: 1) La rotura de una o las dos láminas, y 2) La aparición de deformaciones permanentes. Es frecuente que una suspensión dañada implique la existencia de movimientos anómalos en el péndulo. Un péndulo suspendido de un suspensión en buen estado oscilará en un plano. Si lo hace en una suspensión con una lámina rota, observaremos que además de oscilar hacia derecha e izquierda, presenta también extraños movimientos hacia delante y atrás.
Como evitar la rotura de la suspensión
Lo más aconsejable es ser muy cuidadoso a la hora de tocar el péndulo del reloj. Tanto para detener su movimiento, como para ponerlo a oscilar, se ha de tocar con sumo cuidado.
Otra recomendación importante es la de descolgar el péndulo cuando el reloj ha de transportarse.
¿Como se repara una suspensión rota?
Si la rotura ya se ha producido, hay que proceder a cambiar la suspensión por otra nueva. Hay que tener en cuenta que la suspensión forma parte del péndulo, en cuanto al cálculo de su longitud; siendo esta, como sabemos el factor principal que determina el periodo de oscilación. Por tanto, la suspensión nueva que coloquemos en el reloj, ha de ser del mismo tipo y longitud que la que sustituyamos.